Sabía quererme
Tenía un jardín lleno de flores que yo misma planté
me las regalaba cada mañana y me las quedaba viendo mientras me tomaba el café
-que bonitas estan, pero yo soy muchísimo más guapa- porque tenía el autoestima por la nubes
Me quería, me quería bastante
Sabía abrazarme y darme fuerzas
porque me tenía y me gustaba ser mía
Entonces confíe en tus manos y entregué mi fé a ellas
Que mentiras son tus manos
Gran mentira son tus ojos
 Yo no debí confiarme a ti  pues una persona que no se quiere así misma no es capaz de querer a nadie
y tu no te querías, no te quieres nada
y yo, que sí me quería, empecé a hacerlo menos por quererte a ti
Sabía quererme
hasta que llegaste tú.

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